Angel gil hace balance de 2016

Siempre que acaba un año y empieza el siguiente, es un buen momento para echar la vista atrás y hacer balance de lo vivido durante estos 365 días que hoy finalizan. Si 2015 ya fue un buen año, me atrevería a decir que 2016 ha sido el año de la consolidación, de hecho los datos así lo corroboran: aumento del número de hipotecas firmadas y el importe medio de las mismas, aumento del número de transacciones, subida del número de licencias para la construcción de nuevas viviendas. Un 2016 donde muchos profesionales han crecido tanto a nivel de equipos comerciales como de apertura de nuevas oficinas.

Desde mi punto de vista considero que 2017 va a ir por el mismo camino, ritmos de crecimiento al alza pero eso sí, con una competitividad cada vez más voraz. 2017 será sin duda el año de la Oportunidad, aunque no habrá pastel para todos a diferencia de los años del boom inmobiliario. Aquellos que se han preparado mejor durante estos años de crisis, saldrán más fortalecidos.

En relación a las sesiones de coaching inmobiliario estoy realmente satisfecho, la gran mayoría de mis clientes han conseguido los objetivos planteados. Aunque me gusta superar mis propias expectativas, no siempre es posible. Me exijo mucho a mí mismo así como a mis clientes. Uno de los errores más comunes con los que me encuentro es la creencia de que con un pequeño toque de mi varita mágica, se van a conseguir todos los objetivos que se necesitan en muy poco tiempo, se buscan motivaciones externas para superar miedos, creencias limitantes, etc… La motivación se ha de encontrar dentro de cada uno, así como la disciplina para desempeñar todas las tareas diarias. Estos dos aspectos se pueden entrenar y en eso precisamente es en lo que consiste mi trabajo.

Si hablamos de las sesiones de formación inmobiliaria mi valoración también es buena, pero en realidad la que más me interesa es la valoración de los asistentes. Según los cuestionarios de valoración puedo decir que la media es de un 9,7 sobre 10, algo de lo que estoy muy satisfecho, aunque siempre se puede mejorar.

Durante este ya pasado 2016 destacaría la labor de muchos profesionales inmobiliarios a los que he conocido o para los que he trabajado, aunque si debo escoger a alguno, Francesc Quintana de Vivéndex en Barcelona capital, sería uno de ellos. He tenido el placer de compartir con él muchas conversaciones profesionales y sin duda alguna, su trabajo como el de su equipo es muy bueno, con unas ideas muy claras sobre qué hacer y hacia dónde ir. Otros profesionales menos conocidos pero no por ello menos relevantes, serían por ejemplo Raul Resina y Virgina Chamorro de Vivendis, en Sant Andreu de la Barca (Barcelona). La viva imágen de lo que para mí es la búsqueda de la excelencia en los servicios inmobiliarios, totalmente disciplinados y motivados, con grandes dosis de honradez y humildad. Y por supuesto, no quiero dejar pasar la oportunidad de citar a Mayte López y Javier Pérez de InmoGP en Fuengirola (Málaga). Siento debilidad por ellos, sin grandes recursos han conseguido cumplir sus objetivos en poco tiempo, aunque no ha sido taréa fácil. Su perseverancia y determinación les lleva en volandas hacia un futuro muy prometedor. Han conseguido pasar del autoempleo a crear un equipo comercial que ahora deben consolidar, a trabajar en exclusiva compartida, a vender más y a ser más efectivos.

Como decía antes, este año 2017 va a ser el año de la Oportunidad, algo que sin duda me aplico a mi mismo. Próximamente voy a poner en marcha varios proyectos, entre ellos aumento de servicios a mis clientes y crecimiento en personal dentro de mi proyecto empresarial, Primer Encuentro Solidario de Inmobiliarios con Alma y dos proyectos más que aún se encuentran en fase beta.

¿Cómo no va a ser 2017 un año que promete?.

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