En mis sesiones de coaching inmobiliario, suelo encontrarme con muchos comerciales que en relación al tema de la organización de la agenda, me comentan que no la necesitan porque tienen en la cabeza todas las tareas que han de realizar, sin darse cuenta del gran problema que eso conlleva.

La mente humana es como un disco duro, cuantos más datos almacena, más lento resulta su rendimiento. El hecho de tener marcadas en la agenda las acciones que hemos de realizar diaria, semanal y mensualmente nos ayuda a evitar este problema y a poner el foco de nuestra atención única y exclusivamente en esa tarea que tenemos reservada para un día y hora determinado.

Otra objeción que se me ha planteado en las formaciones inmobiliarias es que ofrecer al cliente un servicio personalizado es incompatible con tener la agenda perfectamente organizada. No puedo estar más en desacuerdo. De lo que se trata es de tener la agenda bien programada (con su cierta flexibilidad, por supuesto) para que cuando tengamos que tratar por ejemplo, con nuestros clientes vendedores, estemos focalizados únicamente con la persona que tengamos delante.

Para eso tenemos que dedicar parte de nuestro tiempo a «educar» a nuestros clientes en nuestra forma de trabajar, siempre que sea posible. Que seamos nosotros mismos quien como agentes inmobiliarios, organicemos nuestra propia agenda y que no sean los clientes quienes nos la organicen.

No dudéis en contactar conmigo si estáis interesados en recibir más información sobre mis servicios como coach inmobiliario.

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